Hay que aprovechar cada instante







La vida es disfrute, y para mí, uno de los mayores disfrutes de la vida,



además de mi familia y mis amigos, es un buen vino con unos ricos manjares,



y en un lugar difícil de olvidar. A partir de ahora, intentaré aportar recetas,



notas sobre buenos vinos (de aquí y de allá), Gin Tonics, interesantes hospedajes,



opciones de hostelería y lugares para visitar........con sus enlaces y



lo que todos querais opinar y aportar.........



viernes, 2 de diciembre de 2016

Londres, esa gran capital



Son ya varios años con el blog, y recuerdo con cariño aquel primer post sobre Londres, uno de los primeros al inicio de la andadura bloguera. Pues tras una nueva visita londinense, esta vez en familia y con días muy soleados para lo que se encuentra uno por aquellos lares, me he propuesto volver a escribir algo y dejaros nuevas fotos de la estancia, con alguna visión ligeramente diferente, quizá por el paso del tiempo, por la forma de visitarla o simplemente por ser una ciudad que te permite que cualquier visita sea un disfrute.


Como veis, soy muy de Londres, eso sí, como visitante. Los motivos son varios : sus mercados, sus pubs, sus parques, su ambiente, sus museos y sus múltiples rincones; pero además esta vez descubrí que en Londres se puede comer bien, si se sabe buscar.


Además de organizar bien la parte de vuelos (hay muchas y variadas opciones, pudiendo encontrar buenas condiciones si se hace con tiempo), es clave la selección de las fechas, que podrá permitirnos encontrar costes razonables de hotel, en una ciudad con elevados precios en el alojamiento. Hay muchas opciones de B&B, pero hay que asegurarse que de verdad estén bien, para evitar sorpresas. Por otro lado, mi recomendación es conseguir ubicarse en buena zona, a ser posible céntrico, que evite excesivas pérdidas de tiempo en desplazamientos. A modo de ejemplo os dejo el que fue nuestro hospedaje, el Grange Beauchamp Hotel, un coqueto y pequeño hotelito, junto a Russell Square, a pocos metros del Museo Británico, con fabuloso servicio, habitaciones no muy amplias pero suficientes, muy limpio y moderno, buen desayuno y a un precio razonable, si se gestiona con tiempo.


Hay zonas que se pueden (y deben) visitar caminando, en lo que sería la almendra central : desde el Soho, tras visitar el Museo Británico, hasta el Palacio de Buckingham, pasando por Picadilly y St. James Park; encaminarse hacia Westminster y el Parlamento, completando con una buena foto con el Big Ben de fondo; o rematando en Trafalgar Square, y quizá hacer parada obligatoria en alguno de los interesantes pubs de la zona. Pero hay mucho más para visitar y disfrutar en Londres, por eso recomiendo sacar un billete diario para el transporte público, muy completo y que permitirá llegar a cualquier rincón de la ciudad, a un precio aceptable (los billetes sencillos son muy caros); incluso hay alternativas más baratas, pero sólo si se van a estar un buen número de días.





En un par de días completos de estancia, que es lo que estuvimos, se puede aprovechar bastante si te organizas, y a la vez quedarán cosas por ver y ganas de volver. La oferta de museos es sensacional, además de gratuita en su mayoría, aunque si se están pocos días (y hace buen tiempo) yo recomiendo patear las calles, disfrutar de esas casas de estilo victoriano, parar en los pubs, disfrutar del ambiente, realizar alguna compra y sentir la ciudad de cerca.



Resulta ciertamente agradable adentrarse en sus mercados, cada uno con sus particularidades y características. Sin duda no se bebe dejar de pasar por Camden, caótico, desvergonzado, diferente, un espanto con estilo propio, compuesto por varios mercados, que parecen todos unirse en uno, esas fachadas disparatadas y únicas, la comida callejera, el tumulto, el paraíso de las camisetas; hay diversos pubs donde parar un rato, muchos con vistas hacia el canal para observar como se abren y cierran las compuertas para dar paso a las embarcaciones, con la gente sentada por el suelo con un sandwich o unas fish & chips, y nosotros elegimos uno que nos encantó, The Blues Kitchen, con fabulosas hamburguesas, entre otras viandas, y ricas y variadas cervezas, muy bien tiradas, además de actuaciones en directo por la noche.







Otro mercado, con mucho encanto, es el de Portobello, en Notting Hill, dedicado en buena medida a las antigüedades, pero con interesantes tiendas de ropa en sus alrededores. El mejor día para visitarlo es el sábado, cuando hay mayor número de puestos en la calle y sueles encontrar grupos musicales callejeros que amenizan a los viandantes. Y el tercero en liza, Covent Garden, donde dentro de una bonita construcción puedes encontrar tiendas de nivel que se entremezclan con puestos callejeros con productos variopintos, y todo en un muy agradable entorno con buen número de pubs y tiendas.










Pues dentro de Covent Garden localizamos un restaurante, en uno de sus pasillos, con precio ajustado y buena calidad. Se trata de un local del afamado chef Jamie Oliver, donde poder degustar platos diversos, con mucho color y sabor, perfecto uso y elaboración de las verduras, buenos vinos, y todo servido por un equipo joven y atento, que puede ayudarte a decidir.





Y vayamos con algunos indispensables, además de los mercados y el paseo tranquilo. Algo apartado del centro, uno no debe pasar por Londres sin dejar de visitar la Torre de Londres, con toda su historia, y cruzar el Tower Bridge, el puente más famoso sobre el Támesis. Y puesto que estamos por allí, darse una vuelta por St. Katharine Docks a ver los barcos amarrados, y observar el imponente pub Dickens, o incluso tomar una buena pinta de cerveza.




Se ha puesto de moda lo de hacerse una foto en Picadilly Circus, ese punto de encuentro de muchos londinenses, así que no puede faltar. Y tras no haberlo hecho en mi anterior viaje, esta vez nos organizamos para subir al London Eye, esa imponente noria que te permite tener vistas de Londres casi desde el cielo; eso sí, es probable que haya a quien no le compense el coste unido a que normalmente hay cola que soportar.




El Parlamento es un edificio impresionante, y resalta todavía más con la Abadía de Westminster enfrente. Y claro, el Big Ben es probablemente el reloj más fotografiado del mundo, y la verdad es que merece la pena.




Pero hay mucho más, aunque para eso hace falta más tiempo, como los citados museos, Hyde Park, Trafalgar Square, el barrio de Chelsea, la estación de Victoria, King`s Cross Station (quizá te cruces con Harry Potter), Palacio de Buckingham,...Parte lo dejamos para una nueva visita.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Fabulosa ciudad. Tiene muchas cosas que visitar y hacer.
La prefiero a otras como París

FERNANDO SYRAH dijo...

Realmente interesante en muchos aspectos.

La verdad es que yo también soy más de Londres que de París