Hay que aprovechar cada instante







La vida es disfrute, y para mí, uno de los mayores disfrutes de la vida,



además de mi familia y mis amigos, es un buen vino con unos ricos manjares,



y en un lugar difícil de olvidar. A partir de ahora, intentaré aportar recetas,



notas sobre buenos vinos (de aquí y de allá), Gin Tonics, interesantes hospedajes,



opciones de hostelería y lugares para visitar........con sus enlaces y



lo que todos querais opinar y aportar.........



lunes, 16 de septiembre de 2013

La Gastrocroquetería "de María"........y Chema cocinando


Había pasado mucho tiempo en la idea de conocer el antigüo local de esta joven pareja (en todos los sentidos) que forman María Puyo y Chema Soler, tanto monta.......Pues ya no lo voy a poder conocer, dado que se han trasladado, y sin duda el cambio creo que contempla detrás una mejora en varios aspectos, sin cambiar el fondo pero sí la forma.


Desde que me enteré que abrían el miércoles 11 de Septiembre (curiosa fecha, me acabo de dar cuenta), me propuse que tenía que acercarme lo antes posible, y así lo he hecho este pasado viernes 13 (otra peculiar fecha) al mediodía, disfrutando un muy buen rato (la verdad es que iba a picar algo, pero la estancia se prolongó por encima de las 3 horas).


Al llegar y ver que no ocupa un gran trozo de fachada, y que podría ser pequeño, no llegas a imaginarte lo que allí puedes sentir, vivir, disfrutar. Se trata de un local estrecho (que no incómodo) concebido a lo largo (quizá haciendo un guiño como si fuera un menú degustación), muy bien pensado en todas sus zonas, y que se remata en una cocina de puertas abiertas donde puedes ver a Chema en los fogones y a su vez Chema ve todo lo que ocurre en La Gastrocroquetería.



Aún quedan detalles y leves remates, que al igual que todo lo que puedes ver en el local saldrá de la cabeza de María y Chema (saben llevar un restaurante, pero es probable que también se pudieran ganar la vida en el mundo la decoración de interiores), y en breve estará todo dispuesto.




Al entrar nos damos de bruces con EL BAR, la zona de barra, para unas 15 personas, con mesas altas y taburetes para poder tapear con un vino (por copas) o una cerveza artesana. Concepto de taberna, y que a partir de cierta hora puede dar juego para tomar una copa.


De forma inmediata accedes a un salón (LA FACTORIA DE TAPAS), donde en sus mesas se puede llegar hasta 26 comensales, y que recoge el testigo del local de la calle Segovia, bajo un concepto de tapeo relajado para poder degustar cómodamente sentado unas raciones, tapas e incluso algo más. Tanto esta zona como la siguiente admite reservas.


Por último, aunque todavía no está terminado, podremos disfrutar, como me explicaba Chema, de un espacio para el deleite y disfrute gastronómico, en formato de menús, con creaciones de mayor complejidad en su elaboración. Atentos, que hablamos de una zona reducida, para sólo 14 comensales; mucho me temo que será complicado encontrar sitio.


La decoración juega con el reciclaje, lo retro, lo nuevo,..., pero casi todo con significado que hace que tenga sentido encontrarse allí. La carta también juega un poco con todo esto, ya que es un album de fotos, donde se pueden cambiar los platos como si fueran fotos, y al final verás fotos de los amigos de La Gastrocroquetería y alguna referencia a blogs que mencionen al local (¿seré yo el primero?); y si le das la vuelta, encuentras la selección de vinos, con un formato divertido y acertado, y en donde podrás encontrar caldos de aquí y allá, clásicos y modernos, transgresores y habituales.


Y sólo falta hablar de lo consumido (y ya os adelanto que por menos de 20 €). Me puse en manos de Chema, mientras tomaba una caña de Brabante con unas aceitunas rellenas de salmón y una salsa con toque oriental (soja, teriyaki, wasabi,...).


A modo de aperitivo, mientras remataba la cerveza, una espuma de garbanzos a la trufa con palometa ahumada y una ostra (gallega) marinada en yuzu, con caviar de aceite picual, jengibre y germinados de borraja. ¡Gran comienzo!



Ya con vino en la copa (María me dio a probar el Gran Cerdo, un rico y sencillo vino joven, con una curiosa historia (pinchad en el enlace del vino), y muy de chateo, de barra) tocaba probar la crocheta, a caballo entre una brocheta y una croqueta, con una salsa barbacoa fabulosa donde mojar las bolitas de bechamel de lomo rebozadas en fritos.

Llegaba a la barra, donde decidí comer, lo que más me gustó de lo catado : Dim sum de huevas de choko y huevas de lumpo, con un deshidratado de algas y un delicioso ajo-aceite de tinta. Me gustó tanto que se me olvidó hacer la foto.


Fideua (de sepia y gambas) con costra, donde Chema saca sus raíces valencianas, y ya con cambio de vino, para adentrarme en un blanco fresquito del Penedés, con la uva Macabeo marcando, aunque no única (también Muscat blanco) : Perfum de Vi Blanc.


Ya acabando, había que tomar una croqueta : sensacional la de sepia con ajo-aceite de soja. Pero Chema me guardó para el final un recuerdo de su niñez en forma de croqueta de sobrasada y chocolate, en honor a su madre, que le escondía dos onzas de chocolate en el bocadillo de sobrasada, a modo de sorpresa como el haba del roscón.


De postre, Sabores de arroz con leche : Gelatina de arroz con leche rebozada en arroz inflado, espuma de leche de coco merengada y helado casero de leche merengada, todo sobre limón kush; y una buena sobremesa charlando con mis dos anfitriones.


En definitiva, os aconsejo seguir de cerca los pasos de Chema, ya ampliamente premiado y reconocido en distintos concursos y certámenes, en quien se une el desparpajo y creatividad de la juventud bien preparada, con el esfuerzo de alguien que se lanzó al mundo empresarial abriendo un restaurante en el que comenzaron trabajando María y él, y que ya tiene un equipo de 7 personas, ellos incluidos.

Pasaros por allí y disfrutad como lo he hecho yo. Por mi parte, repetiré, sin ninguna duda.

La Gastrocroquetería de Chema
C/ Barco, 7
Madrid
913642263
www.gastrocroqueteria.com

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