Hay que aprovechar cada instante







La vida es disfrute, y para mí, uno de los mayores disfrutes de la vida,



además de mi familia y mis amigos, es un buen vino con unos ricos manjares,



y en un lugar difícil de olvidar. A partir de ahora, intentaré aportar recetas,



notas sobre buenos vinos (de aquí y de allá), Gin Tonics, interesantes hospedajes,



opciones de hostelería y lugares para visitar........con sus enlaces y



lo que todos querais opinar y aportar.........



sábado, 7 de septiembre de 2013

Crucero por fiordos noruegos y Escocia : Capítulo V. INVERGORDON (Lago Ness e Inverness)


01/08/2013

Ya de lleno en Escocia, tras un día completo de navegación (Rieloterapia incluida), desembarcamos en Invergordon, una zona de plataformas petrolíferas, focas (grises y comunes), centeno y trigo (para el whisky), patata (para el vodka),..., y cerca de antiguos asentamientos vikingos.

Nos encaminamos hacia el lago Ness, a través de una zona de exuberante vegetación (mucha lluvia ayuda), de pesca de salmón y cruzando distintos pueblecitos típicos escoceses, con casas bajas e individuales, y una construcción característica, como Dingwall o Evanton, entre otros.



Tras divisar varios campos de golf (habituales por aquellos lares), avistar algunas vacas (peludas) de las Highlands y observar varias campiñas y bosques (donde abundan ciervos, urogallos, faisanes, ardillas rojas, zorros,...), llegamos al castillo de Urquhart, a pie del lago Ness, la mayor extensión de agua dulce del Reino Unido. Este castillo se encuentra en ruinas desde el siglo XIII y se dice que es donde se produjo el "primer" (y único) avistamiento del monstruo, en los 1000 metros de profundidad del lago, en el siglo V. Se duda de la existencia del monstruo, pero no de las inmensas anguilas (hasta 5 metros) que se pueden ver allí.


Desde el lago surge una bifurcación que da lugar al canal Caledonian y el río Ness; siguiendo éste último llegamos a la capital de las Highlands, Inverness. Paramos junto a la catedral de St. Andrews (1869), de estilo gótico. A pesar de la típica lluvia escocesa, no dudamos en caminar un rato por sus calles, pudiendo ver el imponente castillo, comprobar la multitud de iglesias de distintas religiones, sus variopintos pubs y recorrer su coqueta zona centro.









El día no daba para mucho más, así que vuelta al barco a la espera de la última travesía hasta Leith.

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